DAVID ALFARO SIQUEIROS
En la obra de Siqueiros –escribió alguna vez la crítica de arte Raquel Tibol– “encontramos inconformismo crítico y autocrítico; voluntad creadora, generosa y vigilante, y reafirmación de un realismo de muchos mayores alcances éticos y estéticos”. Artista y político de carácter radical, Siqueiros no negó la comunión de la pintura, por eso en su obra mezcló la tradición popular mexicana con las preocupaciones del surrealismo y las vanguardias europeas.
Asimismo, Tibol llegó a afirmar que casi la mayoría de los murales de Siqueiros “están compuestos con base en asuntos de franca tendencia humanista que parten o llegan siempre a los temas medulares de las luchas de liberación de los pueblos oprimidos; las luchas de los desposeídos para conquistar una efectiva justicia social, y el repudio a la guerra para oprimir, sojuzgar y envilecer a los débiles”.
Algunas de las obras más destacadas de Siqueiros son La marcha de la humanidad, que ocupa una superficie de 4,600 metros cuadrados de paneles articulados en el Polyforum Cultural Siqueiros, y Del porfirismo a la Revolución, de 4,500 metros cuadrados, en el Museo Nacional de Historia. Además, sus obras Nueva democracia, Tormento de Cuauhtémoc y Apoteosis de Cuauhtémoc son parte fundamental del acervo mural del recinto cultural más importante del país: el Palacio de Bellas Artes.
El escritor José Revueltas lo definió “como hombre y como artista, un gran mural de México en sí mismo, titánico como su obra”.
Fuente: inba.gob.mx
